El laboratorio ANDES
La radiación cósmica y los laboratorios
subterráneos
Provenientes del sol, de explosiones de supernovæ, o de agujeros
negros de millones de masas solares en el centro de galaxias lejanas, los
rayos cósmicos bombardean la Tierra en forma permanente. A nivel del
suelo, unas quince millones de partículas subatómicas impactan
cada metro cuadrado en un día. Para estudiar los fenómenos
más evasivos del Universo, la comunidad científica está
construyendo laboratorios subterráneos con el fin de protegerse de
esa radiación cósmica.
A 1700 m bajo la superficie terrestre, sólo unas pocas
partículas subatómicas son capaces de penetrar las capas
rocosas, permitiendo a los científicos estudiar sin interferencias
las propiedades de partículas con interacciones tan débiles que
podrían atravesar millones de kilómetros de roca sin verse
afectados, como los neutrinos, o estudiar la materia oscura, ya que al
parecer todo lo que podemos ver en el Universo representa sólo el 4%
de la masa total. Varios de esos laboratorios se encuentran en EE.UU.,
Canadá, Europa y Japón.
Esa ciencia en pleno desarrollo necesita nuevas instalaciones, y mientras
India y China están desarrollando sus primeros laboratorios, EE.UU.
y Europa planean cada uno un próximo laboratorio de gran
tamaño.
La construcción del túnel Agua Negra, parte del corredor
bioceánico central, es una oportunidad única para planificar la
construcción del laboratorio ANDES, que sería el único
laboratorio subterráneo del hemisferio sur.
La profunda integración regional que logrará el
túnel Agua Negra al conectar Argentina, Brasil y Chile se puede
también traducir en una integración de esos tres países a
nivel científico, participando del Consorcio Internacional
ANDES. Es reconocida la capacidad de
esos países para concretar proyectos científicos de gran
envergadura a nivel internacional, como quedó demostrado en el
Observatorio de rayos cósmicos Pierre Auger en Argentina, el
Observatorio Europeo Austral (ESO) en Chile, el Laboratorio Nacional de
Luz Sincrotrón(LNLS) en Brasil. En México, el observatorio de rayos gammas HAWC
es otro ejemplo de la masa crítica alcanzada en el área.